La elección
de los casos con los cuales trabajaremos en este seminario está guiada por un tema, más que por una mirada que ponga en relevancia un autor, una forma de
trabajo en particular, o relaciones temporales entre las mismas, y mucho menos por
una lógica estilística común entre las obras.
Al poner
como objeto de estudio la Interfaz , podemos estudiar la forma en que se
producen los intercambios físicos y de comportamiento entre el objeto y el
campo, o por decirlo de una forma más concreta entre una obra de arquitectura y la
ciudad.
Las obras
con las cuales trabajaremos tienen la condición de gran escala y de complejidad
programática, la cual nos hace dudar si lo que estamos estudiando es una obra o
una pequeña porción de ciudad. Esta condición nos obliga a mirar a distancia,
entender su alcance o sus propiedades extensivas.
Pero mirar
a distancia no alcanza para conocer sus cualidades. Estas obras nos ponen límites:
nunca hay suficiente distancia para conocerlas, para descubrir sus capacidades. Es necesario estudiarlas de cerca, sin
importarnos demasiado la configuración del objeto, sino sus efectos, su comportamiento, su superficie, sus
cualidades materiales. Necesitamos adentrarnos en ellas y estudiarlas en sus
condiciones intensivas.
“Sin embargo,
si pensamos en la figura no como un objeto demarcado sino como un efecto que
emerge del mismo campo como momentos de intensidad, como picos o valles en un
llano- entonces sería posible imaginar a esos dos conceptos como aliados… Lo
que se intenta aquí es prestar atención a la producción de diferencia a escala
local, aunque se mantenga una indiferencia relativa a la forma de la
totalidad”. Stan
Allen, “Del
objeto al campo”